Con la llegada de la modernidad, la onda industrial
se aplica a la arquitectura, producción en serie, simplicidad, eficiencia,
funcionalismo, ausencia de adornos, pero también llegan ciertos vicios, como el
descuido de contextos, contaminación, capitalismo salvaje, patanería y por último, una indiscutible
insostenibilidad.
En la arquitectura, como todo movimiento filosófico-cultural-artístico,
que nace en contraposición al movimiento de moda anterior, la postmodernidad
surge cuestionando los vicios de la modernidad, su simplismo, su flojera para
ir más allá, su falta total de alma y de berrinchudez.
Pero también llega la conciencia del carácter finito del
mundo, y con ella, una serie de floros de todos los precios, entre los más
baratos, grandes generadores de berrinchudez para sustentar atrocidades
arquitectónicas en nombre de la sostenibilidad.
El planteamiento de edificios con árboles en plantas
superiores es una de las berrinchudeces más comunes que cometen desde
estudiantes hasta arquitectos estrella. El concurso Evolo está lleno de esto,
pero vale, son utopías.
Segundo puesto del Evolo de 2010, Rascacielos en Jakarta - Rezza Rahdian, Erwin Setiawan, Ayu Diah Shanti, Leonardus Chrisnantyo, Indonesia
Un árbol promedio, como una ponciana o de esos que vienen en
los catálogos de 3d, coposos y fotografiables, echa raíces bajo tierra más
volumen que su copa, eso quiere decir, que sobre una losa aligerada con un
cerrito de 50cms lo único que puede soportar es una maceta regular.
Se tendría que sacrificar más de un piso para resolver el
capricho de tener un árbol en alto, y por más sikaflex o pintura epóxica con que
pinten esta enorme maceta, el salitre, la humedad, los bichos y toda la
flatulencia que sale de este cubo de tierra, acabará por corroer cualquier
material que se le ponga, sin contar que se necesitaría una buena dotación de
fierro para aguantar copa, árbol, raíces, tierra, bichos y todo, lo cual
convierte el floro de los árboles en alto, en una berrinchudez innecesaria e
insostenible.
wait what?
Pasando por Milano, me soprendió la construcción de un
edificio llamado “Bosco Verticale”, un 3d espectacular con arboles saliendo de
maceteros de 50 cms de alto, lo vendían con una pancarta bien elegante. Evidentemente, los chupetes enclenques que
salían de los balconcitos en volado, no pasaban de ser una maceta en un balcón.
No pude descubrir si eran de plástico o no, andaba volando.
Temas aparte, como manutención, riego, cambio de tierra,
etc, responsabilidad que tendrá que asumir el sujeto pudiente que se mude ahí,
sabe dios lo que sabrá de jardinería.
El uso de materiales ecoamigables puede funcionar bajo
contextos bastante especiales, pero imponer la moda postmoderna retro del
adobe, un material que por más malla que tenga, se parte como una galleta al
primer temblor, por más que tenga una forma competente simétrica, curva, etc
siempre tendrá proporciones desfavorables.
La palma es bastante ecoamigable, pero bajo ciertas condiciones formales,también puede llegar a ser un desastre.
Sólo existen dos
formas de construir con adobe que en teoría funcionan. Una es con muros de entre 80 y 90 cms de ancho,
eso quiere decir, que tendrías que hacer una huaca, de dos pisos máxmo, la mitad del área útil serían muros. La otra es construyendo una superficie de
doble curvatura que haga funcionar la estructura como una sola piel sobre el
suelo, sin elementos separados como muro y techo, como los Trulys. Y eso que aun
así resulta más precario que un simple y bruto pórtico de concreto
armado, sin contar con que el que lo construye, tiene que ser un sujeto
sumamente talentoso.
Los paneles solares convierten cualquier proyecto adefesiero
en sostenible de una patada.. lo que no suelen saber es que esta energía
recolectada tiene que ir a algún sitio, digamos que baterías enormes que ocupan
habitaciones enteras, que tienen que cambiarse cada cinco años, que al
desecharse contaminan con roche y que la instalación completa cuesta una
millonada.
Otros medios de independencia energética en los edificios, como
hélices, reciclaje de aguas de desecho, termas solares, etc., indudablemente,
sí llegan a ser sostenibles, tristemente son tecnologías que en Latinoamérica
se construyen poco.
Bueno, este lavatorio que abastece al tanque del inodoro reciclando el agua, es un éxito de un rural y sostenible ingenio peruano, según Perufail.
Los sostenibles quieren ver todo verde.. por eso te llenan la vida de hermosos jardines.
Tener un Jardín en casa es un lujo caro y berrinchudo. El
área verde requiere un mantenimiento y riego, el problema es que, en las
urbanizaciones los jardines de las viviendas ubicados dentro y fuera de las
casas, se suelen regar con agua potable. Es común ver regar el jardín con su
bata y sus ruleros, a las tías a las 6 de la mañana, con una manguera cuya agua
sale de un caño en el garaje, directo de la misma red de agua con la que se
lavan los dientes. Miles de estas viejas salen a diario a echar el agua que
algún día será racionalizada, a la tierra, a una alfombra de grass, que solo
disfruta ella y sus vástagos, unas dos veces al año. Recordar que el grass es
una planta sumamente insostenible, es consumidora feroz de agua, empobrece la
tierra en tiempo record y al mínimo
descuido, se seca y se muere. Así que si en la Lima desierto que se fuerza a
ser una villa italiana se quieren tener áreas verdes, sólo deberían existir las
que son para todos, parques públicos y abiertos, el que quiere plantas en casa,
que se compre una maceta.
El uso de espejos de agua es común en parques y centros comerciales.
La utilidad de estos, esencialmente es
regular la humedad del ambiente para lograr un confort nasal. En lugares donde
se te frunce todo de la sequedad, implementarlo es acertado, pero en Lima con
su aplastante 80% de humedad promedio, resulta siendo solo un adorno.
Espejo de agua seco en medio de un acertado parque público en la Costa verde, Miraflores, uno de los lugares más húmedos de Lima. para completar la obra, unos surfistas sin expresión en la cara, tiesos, petrificados y cercenados surfean unos cubos azules, uno de ellos, una deconstructivista ola de latón.
Espejo de agua seco en medio de un acertado parque público en la Costa verde, Miraflores, uno de los lugares más húmedos de Lima. para completar la obra, unos surfistas sin expresión en la cara, tiesos, petrificados y cercenados surfean unos cubos azules, uno de ellos, una deconstructivista ola de latón.
La sostenibilidad del postmodernismo ha redescubierto pautas
acertadas, criterios que tomaban comprobadamente los Incas y muchas otras culturas en la historia . Muchos se olvidaron o relevaron con la fiebre de los estilos puramente
estéticos. Tomar en cuenta la posición del sol, la orientación del viento, la
temperatura y la humedad, son puntos que pueden existir tranquilamente en un
edificio con forma de caja de zapatos.
La figureteada en formas y propuestas, la presentación de
partidos personales o caprichosos, es algo que depende del diseñador, que ahora
se ha vuelto de moda sustentar con el floro de la sostenibilidad. Los estilos
predominantes en Lima, minimalismo y maximalismo, suelen basarse siempre en
criterios supuestamente sostenibles para meter berrinche. Pero bueno.. Aprender
a hacerlo es básico para sobrevivir en un mundo de clientes con el dinero con
las justas y con un cerebro diseñador que muere por salir en Linea y punto.
Bosco Verticale Peruano. Fabrica de Textiles que por un sentido autoindulgente de compesación ambiental, ha producido este edificio esperpéntico cubierto de plantas y bichos en Los Olivos. Como dicen, está bien que seamos sostenibles, pero no nos pasemos de verga..