jueves, 6 de febrero de 2014

Cuando en Lima naufragaron los Buques

En el mundo del diseño regio de los años 20, mientras unos señoritos encopetados discutían la viabilidad de quitarle toda la gracia a la arquitectura para volverse más eficientes, una minoría de  alegres diseñadores de alto standing, se abrieron a los sueños  y aspiraciones, para  trascender  y de paso vender más y más caro. Entonces huyendo de un destino desabrido, se abre una rama arquitectónica que  mezclando ingredientes sabrosos en un caldero, como  Art Nouveau , Futurismo y  Diseño industrial  pone de moda un sopón  llamado  Art Decó.



Algunas  de las cosas más Art Nouveau que he visto en mi vida. La primera es un modelo de estación alien de fierro forjado en París que se repite en varios lugares , la de la foto está al lado del Museo de Louvre. La segunda, tercera y cuarta pertenecen a unos edificios en Praga, la epítome del Art Noveau.

Uno de mis edificios favoritos del mundo, la genial estación principal de ferrocarriles de Milán es un híbrido perfecto entre Art Nouveau y Art Decó, aunque también tiene una mezcla de muchos estilos más dentro. 


Breakwater en Florida, Art Decó puro y duro

El Art Decó es un estilo malcriado, sabe que las molduras son innecesarias , que las máquinas no se ven así por adorno, que la guerra dejó crisis, que detrás de una estética es bueno que haya un mamotreto filosófico, que los caprichos de concreto pueden ser caros e ineficientes, pero no hace caso y se vuelve la moda que no incomoda.

Edificio Chrysler - Nueva York

Digamos que es principalmente americano, es un estilo algo hueco, gringo, chillón, gracioso y rubio al pomo, solo le falta llevar  la cartera con el chihuahua  sufriente  asomando. Pero es sumamente sexy y creo que esta última característica  cancela un montón de sus defectos.

llega tarde a Lima por casi unos 30 años, tarde inclusive para  Latinoamérica, cuando ya había pasado de moda donde pegó, pero llegó algo depurado y maduro,  lo que se hizo, se hizo bien.

Invadiendo cines y viviendas,  lo llamamos ingenuamente “Estilo Buque”,  aunque  siendo sinceros, en Lima  no se intentaba adaptar el Art Nuovó ni evocar al futurismo soviético, se trataba de imitar Miami Beach y directamente el crucero o el submarino con sus distintos lujos. Pero como todos los estilos en Lima, también fue re-copiado muchas veces hasta refritarse  y evolucionar solo.



 Viviendas estilo Buque ingenieril peruano en Petit Thouars, Lince

Otro Buque en Lince, con su mirador para reproducir aquella escena de Titanic.


Naufragio de viviendas estilo Buque en Barranco





Reinterpretaciónes chicha con coqueteos al estilo Buque, y que ya no tienen ningún rastro de Art decó. La primera en Independencia y la segunda cerca a Chilca. 

En los 50s los arquitectos eran muy escasos en Lima, la vivienda de clase media y alta  era construida por ingenieros, algunos afortunadamente resultaban mucho más talentosos que  los poquísimos y sobrados  arquitectos. Entonces  adoptaron la tendencia sin mucho análisis, simplemente  jugando con plantas y  elevaciones para meter curvas duras, ventanas circulares, volados audaces, rejas raras y molduras gruesas, siempre bajo la venia de clientes  económicamente estables y felices.

parapeto de una casa Buque en Lince. con pies derechos que recuerdan a una trufa sobre crema chantillí 

El atrevimiento fue llegando con el tiempo, cada vez se generaron más arquitectos y la moda ya estaba puesta  en el ruedo, así que para los 60´s comienzan a salir verdaderas obras de arte.
Para los 70´s ya era una tendencia que estaba en proceso de convertirse en una especie de  Organicismo, producto quizá 20% peruano. Después de imitar buques, el paso que seguía era imitar al avión, luego al transbordador espacial y finalmente, a la nave extraterrestre.


Casa Barco en San Isidro, obra emblemática que el Arq.Marquina hizo en un principio para sí mismo.

Alfredo Marquina, conocido por ser descendiente de un importante arquitecto peruano  -Rafael Marquina y Bueno- y por ser uno de los maestros  fundadores de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la UNI  reinventa con mucho éxito  la tendencia buque, creando una moda que se esparce por distritos como San Isidro y San Borja.

 Esta arquitectura se vuelve la primera en Lima que pretende  tener un lenguaje  realmente  orgánico, rompiendo con un complejo ingenieril arrastrado de muchas generaciones atrás que condenaba la espacialidad a sosos modelos convencionales de sistemas constructivos.  Introduce vanos de aristas redondeados –ahora llamado chamfer -  evocando no sé si voluntariamente al diseño aeronáutico, figuras en las paredes pegadas estéticamente, como líneas  heredadas del estilo buque, escarchados en fachadas que milagrosamente pegan, curvas barrocas atrevidas y todo con una intención claramente organicista.




Viviendas con un innegable sello Marquinesco

 Lo más importante son las configuraciones espaciales y secuencias de espacios ingeniosas que  definitivamente no eran nada convencionales.   Sin embargo, recordando que estamos en Lima, este diseñador también se encuentra  con  caprichos de clientes  aspiracionales que  comienzan a influenciar y a deformar con sus berrinches  las edificaciones, siendo esto explícito en muchos de sus proyectos.
Después viene un periodo de decadencia, pues al arriesgarse demasiado con  plataformas  desniveladas, líneas aveces no geometrizadas, subidas y bajadas, secuencias raras y esteticismos despreocupados, comienzan a surgir problemas y clientes problemáticos. Sin embargo, deja hitos en Lima que resaltan de entre tanta caja minimalista y no descartaría que en muchos años, se conviertan en un revalorado  Patrimonio.


Cuadra de una ciudad Buque que me inventé en vez de prestarle atención al nefasto curso de Instalaciones Eléctricas, por el año  2009

Ya en la actualidad  mientras que en Lima el organicismo se estancó en viviendas elitistas divertidas, Brutalismos  institucionales afortunados  y algunos casos híbridos o  aislados, arquitectos como  Frank Gehry, Zaha Hadid, Javier Senosiain, Eugene Tsui, Bart Prince o  Calatrava nos pasaron decenas de años de desarrollo y evolución. Sin embargo solo basta con pasearse por talleres de  facultades de arquitectura para descubrir que el verdadero espíritu organicista, la búsqueda  y la voluntad de pasar de todo para lograr lenguajes personales, o propuestas arriesgadas sobrevive  y  se reinventa, esto crea esperanzas en las futuras generaciones. Por el bien de la berrinchudez, esperamos todos que esa  búsqueda  no se quede en ensayos académicos.  




  Tres trabajos del Taller 15 de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma, Más conocido como el Taller de Baracco. El trabajo para hacerlo simple, es un megaproyecto de ciudad bajo contextos un poquito extremos... como el fin del mundo o el holocausto nuclear.Cosa que no está de más prevenir.



  Un trabajo del Taller 14 de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma , más conocido como taller de Bonilla, Ex Taller de Poggione. Se trata de una especie de refugio en el desierto. 

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