En el mundo del diseño regio de los años 20, mientras unos
señoritos encopetados discutían la viabilidad de quitarle toda la gracia a la
arquitectura para volverse más eficientes, una minoría de alegres diseñadores de alto standing, se
abrieron a los sueños y aspiraciones,
para trascender y de paso vender más y más caro. Entonces
huyendo de un destino desabrido, se abre una rama arquitectónica que mezclando ingredientes sabrosos en un
caldero, como Art Nouveau , Futurismo y Diseño industrial pone de moda un sopón llamado
Art Decó.
Algunas de las cosas más Art Nouveau que he visto en mi vida. La primera es un modelo de estación alien de fierro forjado en París que se repite en varios lugares , la de la foto está al lado del Museo de Louvre. La segunda, tercera y cuarta pertenecen a unos edificios en Praga, la epítome del Art Noveau.
Uno de mis edificios favoritos del mundo, la genial estación principal de ferrocarriles de Milán es un híbrido perfecto entre Art Nouveau y Art Decó, aunque también tiene una mezcla de muchos estilos más dentro.
Breakwater en Florida, Art Decó puro y duro
El Art Decó es un estilo malcriado, sabe que las molduras son
innecesarias , que las máquinas no se ven así por adorno, que la guerra dejó
crisis, que detrás de una estética es bueno que haya un mamotreto filosófico, que
los caprichos de concreto pueden ser caros e ineficientes, pero no hace caso y se
vuelve la moda que no incomoda.
Edificio Chrysler - Nueva York
Digamos que es principalmente americano, es un estilo algo
hueco, gringo, chillón, gracioso y rubio al pomo, solo le falta llevar la cartera con el chihuahua sufriente
asomando. Pero es sumamente sexy y creo que esta última
característica cancela un montón de sus
defectos.
llega tarde a Lima por casi unos 30 años, tarde inclusive
para Latinoamérica, cuando ya había
pasado de moda donde pegó, pero llegó algo depurado y maduro, lo que se hizo, se hizo bien.
Invadiendo cines y viviendas, lo llamamos ingenuamente “Estilo Buque”, aunque siendo sinceros, en Lima no se intentaba adaptar el Art Nuovó ni evocar
al futurismo soviético, se trataba de imitar Miami Beach y directamente el
crucero o el submarino con sus distintos lujos. Pero como todos los estilos en
Lima, también fue re-copiado muchas veces hasta refritarse y evolucionar solo.
Viviendas estilo Buque ingenieril peruano en Petit Thouars, Lince
Otro Buque en Lince, con su mirador para reproducir aquella escena de Titanic.
Naufragio de viviendas estilo Buque en Barranco
Reinterpretaciónes chicha con coqueteos al estilo Buque, y que ya no tienen ningún rastro de Art decó. La primera en Independencia y la segunda cerca a Chilca.
En los 50s los arquitectos eran muy escasos en Lima, la
vivienda de clase media y alta era
construida por ingenieros, algunos afortunadamente resultaban mucho más
talentosos que los poquísimos y
sobrados arquitectos. Entonces adoptaron la tendencia sin mucho análisis,
simplemente jugando con plantas y elevaciones para meter curvas duras, ventanas
circulares, volados audaces, rejas raras y molduras gruesas, siempre bajo la venia
de clientes económicamente estables y
felices.
parapeto de una casa Buque en Lince. con pies derechos que recuerdan a una trufa sobre crema chantillí
El atrevimiento fue llegando con el tiempo, cada vez se
generaron más arquitectos y la moda ya estaba puesta en el ruedo, así que para los 60´s comienzan
a salir verdaderas obras de arte.
Para los 70´s ya era una tendencia que estaba en proceso de
convertirse en una especie de
Organicismo, producto quizá 20% peruano. Después de imitar buques, el
paso que seguía era imitar al avión, luego al transbordador espacial y
finalmente, a la nave extraterrestre.
Casa Barco en San Isidro, obra emblemática que el Arq.Marquina hizo en un principio para sí mismo.
Alfredo Marquina, conocido por ser descendiente de un
importante arquitecto peruano -Rafael
Marquina y Bueno- y por ser uno de los maestros
fundadores de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la UNI reinventa con mucho éxito la tendencia buque, creando una moda que se
esparce por distritos como San Isidro y San
Borja.
Esta arquitectura se
vuelve la primera en Lima que pretende
tener un lenguaje realmente orgánico, rompiendo con un complejo ingenieril
arrastrado de muchas generaciones atrás que condenaba la espacialidad a sosos modelos
convencionales de sistemas constructivos. Introduce vanos de aristas redondeados –ahora llamado
chamfer - evocando no sé si
voluntariamente al diseño aeronáutico, figuras en las paredes pegadas
estéticamente, como líneas heredadas del
estilo buque, escarchados en fachadas que milagrosamente pegan, curvas barrocas
atrevidas y todo con una intención claramente organicista.
Viviendas con un innegable sello Marquinesco
Lo más importante son
las configuraciones espaciales y secuencias de espacios ingeniosas que definitivamente no eran nada convencionales. Sin
embargo, recordando que estamos en Lima, este diseñador también se encuentra con
caprichos de clientes aspiracionales
que comienzan a influenciar y a deformar
con sus berrinches las edificaciones,
siendo esto explícito en muchos de sus proyectos.
Después viene un periodo de decadencia, pues al arriesgarse
demasiado con plataformas desniveladas, líneas aveces no geometrizadas,
subidas y bajadas, secuencias raras y esteticismos despreocupados, comienzan a
surgir problemas y clientes problemáticos. Sin embargo, deja hitos en Lima que
resaltan de entre tanta caja minimalista y no descartaría que en muchos años,
se conviertan en un revalorado
Patrimonio.
Cuadra de una ciudad Buque que me inventé en vez de prestarle atención al nefasto curso de Instalaciones Eléctricas, por el año 2009
Ya en la actualidad
mientras que en Lima el organicismo se estancó en viviendas elitistas
divertidas, Brutalismos institucionales afortunados y algunos casos híbridos o aislados, arquitectos como Frank Gehry, Zaha Hadid, Javier Senosiain,
Eugene Tsui, Bart Prince o Calatrava nos
pasaron decenas de años de desarrollo y evolución. Sin embargo solo basta con
pasearse por talleres de facultades de
arquitectura para descubrir que el verdadero espíritu organicista, la búsqueda y la voluntad de pasar de todo para lograr
lenguajes personales, o propuestas arriesgadas sobrevive y se
reinventa, esto crea esperanzas en las futuras generaciones. Por el bien de la
berrinchudez, esperamos todos que esa búsqueda
no se quede en ensayos académicos.
Un trabajo del Taller 14 de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma , más conocido como taller de Bonilla, Ex Taller de Poggione. Se trata de una especie de refugio en el desierto.
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