Todos sabemos que el transporte en las ciudades del Perú está
regido un libre albedrío salvaje y
descontrolado, un monstruito que ha ido creciendo sin que nos demos cuenta
hasta volverse un repugnante infierno. Ahora, ante un problema así, las soluciones son difíciles, pero posibles.
Aunque este debería ser el tema central del post, hoy arbitrariamente y con la pura intención de
fastidiar, me enfocaré en encontrar a quienes
echarles la culpa.
1
El liberalismo
El postulado más desencantado del liberalismo salvaje, es que todos los
seres humanos tienden a la corrupción y a la maldad, por lo tanto, los aportes
que se den a la sociedad son una
consecuencia casi involuntaria de la acción de empresas que velan por sus
propios intereses y que enfrentan los riesgos del negocio por su
cuenta, contrarrestando la maldad
natural de la gente con consensos
sociales enmarcados en una burocracia que ellos mismos pagan y mantienen de su
rédito. Todos los problemas que
devengan, se solucionan con compensaciones baratas, sumisión ante institucionalidades
inventadas o resignación ante el poder
infinito del “sistema”. Generalmente el aporte social de las empresas se negocia
también con reglas del liberalismo. A veces es una cuestión de marketing y de
imagen institucional, a veces es caridad “cristiana” y miserable, a veces es
populismo cacaceno, aveces está motivado por la evasión de impuestos, pero lo que es seguro, es que las empresas de
transporte urbano no tienen ni la necesidad ni la motivación de aportar algo a
la sociedad en absoluto, es más, el abuso al usuario es algo cotidiano.
El liberalismo, al quitarle
el poder al estado, tachándolo de corrupto e ineficiente, ha convertido
a las empresas en dictadores insensatos que hacen lo que les da la gana, si
quieren no reinvierten , si quieren no dan un buen servicio, si quieren se inventan nuevas líneas por donde quieran,
o por donde logren meterse negociando.
El problema de las ETs es que se ha vuelto una metástasis,
es algo tán generalizado y masivo que ante cualquier medida restrictiva o
intención de ordenamiento que toque su
retorno, amenaza con paralizarse y tumbar el sistema. Va a ser muy difícil
deshacerse de ese problema y más aún, reemplazarlo por un sistema realmente
funcional a los intereses del ciudadano. Pero así es como los acostumbramos,
con leyes complacientes y “tercerizando”
el problema del transporte público a un mediocre sector privado.
2 El usuario berrinchudo
La idea terriblemente berrinchuda de que una persona con
estatus alto no puede ir en micro ni bicicleta ha literalmente jodido el transporte en todas
sus formas, desde la enorme demanda de
taxis, vehículos que la mayoría del tiempo llevan dos personas de las cinco que
deberían llevar, creando un parque
automotor indecentemente grande, que va aumentando con los años gracias a la
claudicación y permisividad de autoridades corruptas que dejan ingresar al mercado autos no necesariamente nuevos ni de buena calidad.
El uso de bicicleta en Lima más que un medio de transporte,
es un arriesgado deporte de aventura. La falta de ciclo vías, la falta de
respeto la ciclista y de una cultura de ciclismo funcional, reduce este medio de transporte a
sólo recreativo y restringido a ciertos días de la semana y ciertas áreas cerradas.
También está el complejo de inferioridad del ciclista, cosa
que se da bastante en el Perú, que un empresario no puede llegar en bicicleta,
que un universitario no puede andar en bicicleta, que un gerente no puede estar
manejando bicicleta, que los clientes no te pueden ver en bicicleta… son solo prejuicios profundamente estúpidos que serán
muy difíciles de superar. En otros países se da una situación absolutamente
contraria, el ciclista urbano es un signo de sostenibilidad, de buena salud y
hasta de profesionalismo.
Pintas terribles e indignantes de gente ignorante.
3 El Poder
En un principio, para solucionar el problema del transporte en Lima no se convocó ni a urbanistas ni
a especialistas en vías urbanas, se convocó a Ingenieros de Carreteras,
acostumbrados a trazar rayas entre cerros y relieves para que los autos pasen
lo más derecho posible, los pasajeros y peatones no son más que fantasmas en la
carretera a los que no hay que hacer mucho caso. Es por eso que algunos
tratamientos de grandes avenidas, se dan flujos peatonales desastrosos,
impensados y problemáticos.
El terrible trébol de Javier Prado, que tortura a los peatones dando vueltas y vueltas sin sentido, caminando largos tramos para cruzar de un lado a otro, planteado de la peor manera. Los carros pasando cómodamente
Cuando se comenzó a plantear la ciudad de Lima alrededor del Damero, se trazaron vías urbanas principales, algunas de hasta 100 metros de
ancho que actuarían como corredores que absorberían el tránsito intenso para
conectar el centro con los que entonces eran los centros poblados de Lima, como
el Callao y Chorrillos. En ese entonces la entidad encargada de urbanizar
pertenecía al gobierno. Avenida Brasil, Grau, Alfonso Ugarte y un pedazo de la Avenida Argentina son
ejemplo de este primer planteamiento. Lamentablemente estos corredores grandes no se
siguieron proliferando y en su lugar, mezquinos y mercantilistas sujetos con
dinero, la mayoría extranjeros, compraron las tierras de los alrededores de
esta ciudad barroca para urbanizar con vías mínimas para sacar más área de lotes
que vender, lo que causó la apretada y caótica configuración que tenemos hoy en
día.
¿Por qué no se hizo un metro subterráneo en Lima? Algunos le echan la culpa a la vía expresa, a la crisis
de la postguerra con Chile, a la cavilación de las autoridades, pero en fin, no se hizo y es
una realidad a la que hay que adaptarse. Al menos hubo tranvía.
Recientemente en una
etapa supuestamente inmadura e ingenua se creyó la idea de que los
bypases de concreto salvarían el transporte en
Lima. Puede resultar “sostenible”,
porque el populórum vería obras ejecutándose, el alcalde y su cúpula podría
meter uña en presupuestos y sus
respectivos expedientes técnicos, todo sustentado por estudios pobres, bastante limitados a
problemas puntuales y contextualizados de congestión.
Efectivamente, fueron medidas populares y exitosas, pero en
vez de solucionar el problema, lo aumentaron, priorizando la comodidad para el
conductor de auto particular y zurrándose en el peatón y el transporte público
en la gran mayoría de los casos.
Mientras tanto, el tráfico que sale del imaginario mundo de los bypases, sigue
siendo infernal y sus alrededores, casi imposibles de caminar o
bicicletear con comodidad.
Compensaron en algo, con el sistema de Buses del
Metropolitano, que con todo su paquete
de errores, fallas, colapso constante, indiferencia con el peatón, destrozo de
vialidad de Barranco, supuesta corrupción, concesión adefeciera , e increíblemente lenta construcción que
sospechosamente no concesionaron, tiene un balance positvo en lo que se refiere
a aporte social. Sí... Hay que aceptarlo.
Tristemente no es el caso del Tren Eléctrico, ahora
maquillado por estaciones oportunamente copiadas al
metro de Santiago (Que a su vez se copiaron de las de un metro de Illinois) .Estaba
planteado para una Lima ochentera, en
efecto, tecnológicamente está atrasado con roche. Su construcción demoró más de 20 años, con una
paralizada de casi 15 años. Un sistema deshermanado de toda la realidad, que va
lento, cobra caro, interviene agresivamente la ciudad con una configuración
patanesca y actúa más como monumento al
ego de figuras políticas que como
transporte.
Espacio que no es nada.. debajo del tren eléctrico, algún dia puede ser convertido en vivienda social, digo?
Espacio que no es nada.. debajo del tren eléctrico, algún dia puede ser convertido en vivienda social, digo?
Un excandidato a la
alcaldía, sostenía la descabellada idea que la solución mágica al transporte
era con la construcción de Glorietas en vez de Bypases, bien parisino todo.
Otro candidato sostenía que era con una flota de helicópteros que recogieran
los carros que se chocaban obstaculizando el tránsito, para llevarlos a un
purgatorio o algo así, se aparecía en los programas de televisión con un
helicóptero de plástico. No la hicieron.
La Solución
Lamentablemente, la única solución viable requiere del
sacrificio de una gestión municipal que hiciera un estudio intenso de años de
duración que fabrique un mega plan maestro que básicamente, abstraiga toda la
ciudad en gráficos de flujos, tiempos, proyecciones a futuro, capas y casos
particulares para lograr datos exactos de
cuanto, como , donde y por qué se colocarían corredores viales, bypases,
anillos, peatonalizaciones, medidas restrictivas, entre otros, corriendo el riesgo claro, que el pueblo llano no vea obras mientras tanto y se cree un caos
político con chusmas enardecidas, medios manipulados y teléfonos malogrados.
Efectivamente, esto es lo que ha pasado.
En una conferencia del brillante Arquitecto Willey Ludeña Urquizo sobre el futuro de Lima, pronosticaba en 50 años
una enorme ciudad distópica que había
crecido alargada por el Litoral, ala cual llamaba “Peine Viejo”, por su
forma en el mapa, un eje sobre la costa de norte a sur, desde Chancay hasta Cañete, del cual salen unos dientes hacia la sierra,
en forma triangular, o lo que
popularmente se conoce como “Conos”.
Y siendo Pesimistas,
aún no habríamos tenido para ese entonces un tren de alta velocidad que uniera
toda la ciudad de sur a norte, por lo tanto no nos quedaría otra, que
transportarnos por barcos que se tomarían desde paraderos enclavados en el mar.
Mientras tanto dentro de la ciudad, la idea de los bypases salvadores
convertiría las principales vías en túneles de varios pisos, con suerte subterráneos,
por los cuales transitarían una legión
de necios limeños con su idea del
estatus del auto particular, ya habiéndose adaptado a perder millones de
millones de horas hombre en transporte y contaminando a lo grande.
Felizmente sí se puede ser optimista con lo que se está proyectando para Lima en la actualidad. Megaproyectos que convierten vías en espacios públicos como Via Parque Rimac, Costa Verde y Av. Salvador Allende ya son parte de un plan maestro, que ya existe y que está siendo ejecutado. Solo nos queda Esperar el milagro.
Esquema en 3d de una idea que se tenía para una porción de Via Parque Rimac, proyecto que entre otras cosas, soluciona la vialidad y hace una recuperación urbana principalmente de una parte importante del centro de Lima con un radio de acción desde Lurigancho hasta el Callao. En el esquema se puede ver la vía principal para autos rodeada por un gran parque público que aportaría a la ciudad cultura y demás actividades, con puentes que cruzarían el Río Rimac y lo harían un lugar atractivo para el peatón y el ciclista.