Empezamos con uno de los engendros hosteleros más ricos, en el Agustino, un hotel con cúpulas rusas de fibra de vidrio que comparten la azotea con los tendales de sábanas, evocando alguna épica rusa o simplemente, por temática. Arquitectura histriónica chicha que resalta de entre toda esa ciudad gris.
El negocio soñado de todo emprendedor
popular es aquel que funciona con poca logística, grandes ganancias
y la ilusión que se aporta algo a la sociedad. Es en estos inmuebles
de aspecto colorido, de muros cortina verde o azulado donde se
produce cierta magia.
Algunos con arbitrariedades propias de
un cliente aspiracional emergente y épicamente exitoso, otros con
sancochados estilísticos donde el Barroco, el Chicha, el Neoandino y
el delirio de grandeza se juntan en un sopón de eclecticismo
explosivo, son productos exquisitos de la autoconstrucción, que
suelen ser la manifestación más rechinante de ese paisaje urbano
desigual, salvaje e injusto esculpido por el neoliberalismo y cuyo
éxito es admirado y reconocido hasta en círculos respingados de más
rancia corrección política, pero yéndonos a la esencia, no son más
que lugares donde el sexo predominantemente adúltero y sin
compromiso es llevado a la legalidad y a la aprobación social por
medio de la belleza indiscutible del capital.
Muchos nos podremos preguntar: ¿pero
dónde está el aporte social? Es muy simple, la sociedad no solo
necesita educación, salud, y cultura, también necesita sexo.
Como millenial standard de estos
tiempos, como engranaje de la sociedad eternamente endeudado,
enternado y reprimido, ¿Que puedes esperar como gran catarsis del
odio que le produce la miseria de su proletaria e insoportablemente
rutinaria vida de manganzón dependiente de la vivienda de sus
padres, que el sexo libre con una persona a la que sus precarias
dotes de Don/Doña Juan/a han logrado hacer caer con o sin la
promesa de amor eterno? ¡¿Quién como uno, que puede ser el
protagonista solo algunas horas a la semana de su historia de
adolescencia prolongada a la fuerza, en uno de esos maravillosos
torreones del placer?!
Es que el aporte social de estos
negocios es innegable, son absorbentes de las faltas al pudor, las
miradas escandalizadas de las señoras de rosario en pecho cuando uno
decide besar con lengua a la parejita en el espacio público, son
absorbentes también de esa lúcida juventud que ya no está pensando
en príncipes o princesas sino en aliviadores de congestión sexual,
todos ellos decididamente encuentran un escape en estos paraísos de
la pasión carnal, muchas veces por un adecuado “precio social”.
La cultura limeña en su incomprensible
arrastre de conservadurismo de antaño (felizmente ya en decadencia)
ha satanizado, invisibilizado y criminalizado la búsqueda del placer
a tal punto de negarle a la ciudad el legítimo derecho a una Zona
Rosa, por lo cual así como un ataque de acarosis, el fenómeno
posmoderno de la aceptación del sexo libre explota por toda la
ciudad, en miles de chupos arquitectónicos esparcidos
convenientemente para una libre elección en una economía de mercado
y la mayoría de veces, sin monopolios , ya sea en ciudad consolidada
o no, donde el placer puede darse; con toda la suciedad, manchas,
polvos, fluidos, excrecencias y esfínteres que conllevan, en
espacios donde todo es simple y rápidamente higienizable.
Los hosteles se encargan a arquitectos
con una sola premisa, el vociferar atención lo más que puedan, esta
vez, el maestro artífice de la autoconstrucción que se suele llamar
para chapuzas en las casas de dos o tres pisos, queda opacado por el
arquitecto barato, creativo y salvador.
-Arquitecto, quiero que mi edificio
diga: “Mírenme, soy la puerta a la felicidad, soy el vergel de las
delicias con agua caliente, jacuzzi, control remoto, telecable y
neón, donde te llevan las hormonas, donde uno, dos, tres o ´n´
participantes pueden hacer de esta noche un saturnal digno de un
emperador chino. Soy la felicidad-. -¡Pues amigo cliente, no se diga
más!-
Hasta que bueno, entramos. Lamento
aburrirlos con esa admiración por los exteriores de los hosteles,
tan ricos, en contraste con los anodinos y monótonos interiores,
que acaban siendo la repetición de un módulo donde la ventilación,
iluminación y espacialidad son la última prioridad.
Rajemos de los interiores.
Sí, como era de esperarse, son pobres,
en inversión, en diseño, en estilo, en todo sentido. Son tan pobres
que hasta ni da ganas de gentrificarlos, como manda nuestro instinto
starchitect.
Los acabados generalmente son los
cerámicos fabricados masivamente que estuvieron alguna vez de oferta
tirada al piso en tiendas por departamentos que no lograron éxito
comercial por su evidente fealdad, las paredes tarrajeadas y bañadas
sin ninguna pizca de amor en una percudida pintura lavable, testigo
nutrido de épicas escenas de cópula. El amoblado soso, escogido por
algún empleado apurado y malpagado, pues la tacañería de no pagar
diseño de interiores ni especialidades, hace que estos edificios
salten de anteproyecto, aprobado con las justas, a entrega de obra
casi íntegramente parchada por falta de compatibilización de
proyecto. Las mochetas de los elementos estructurales que burdamente
arrojó el cálculo del Cypecad o el Etabs, puestas al pie de la
letra y sin piedad por las medidas mínimas están ahí adornando
pasillos oscuros e inevitables, junto con las musicales tuberías de
desagüe de cuatro pulgadas que asoman tímidamente por las esquinas,
algunas tapadas por mochetones de drywall y otras simplemente
existiendo conchudamente cual ducto de fachada del Centre Pompidou .
Cabe resaltar aquellos cuartos distribuidos en medio de la crisis de
espacio por inhumanas exigencias, cuyas ventanas dan valientemente a
los pasillos, compensando la aberración con unas cortinas de
apestosas telas sintéticas y tubo de PVC que dejan ver muchas veces
las siluetas de los beneficiarios ahí metidos.
Los “Lobby´s”, porque los
“Vestíbulos” ya no van.
Algo de la esencia de la fachada podría
sobrevivir en los ´lobbys´, acompañados claro está de florones de
plástico, grutas con virgencitas, falsos cielos en drywall con
formas estocásticas resaltadas por tiras de luces led de colores,
luminarias o arañas dignas de palacios que golpean la cabeza de
quien pasa del metro ochenta, las amadas tabiquerías de Glass
Block, ya casi interiorizado en la decoración como patrimonio
cultural de esta sociedad o los ‘counters ‘ de atención, único
manifiesto arquitectónico donde el proyectista pudo realizarse y
volver a creer en su profesión después de tanto despotrique. No
pueden faltar claro está, las decoraciones navideñas que vienen
para quedarse eternamente.
Algunos terminan siendo lupanares que
compensan ese lastre social de carecer de Zona Rosa, ¡Benditos sean
los que se preocupan de la sanidad y edad mínima de los usuarios!
Lince, el indiscutible reino de los Hoteles, donde se pueden encontrar de todos los tipos, colores y sabores.
Aterricemos, los hosteles no están
hechos para una noche de fantasía de jeques y príncipes, sino para
una noche de fornicación alcoholizada, inconsciente, agresiva y
efímera, donde la infraestructura desaparece dando lugar
simplemente, a dos seres humanos pedestres dados al coito burdo sobre
cualquier superficie pagable y donde le llega la mala suerte a aquel
temeroso turista desesperado que tiene la osadía de pernoctar entre
gemidos, golpes de cama y peleas postcoitales. Las fachadas son
cebos que atraen a bellos seres lascivos y empoderadas pelandruscas
con cartelones y muro cortina verde, los metes a un cuarto, pagan y
se van. Qué flojera cambiar las sábanas.
Foto 1, 2, 3 y 4 : Fachadas de hosteles
de diversos pelajes, algunos con enormes muros cortina, otros con el
favorito del capitalismo popular: el arco de medio punto, por donde
algún fornicario puede aguaitar y tener la gracia de marcar las doce
cual pájaro cucú.
Fotos 5,6 y 7 : Carteles de hospedajes
“Picaflor”, “PK2 de Amor” y “Suiet Plaza II”
respectivamente.
Foto 8 y 9: “Lobbyes” Foto 10
:Neones del hostel “Cupido” Foto 11 Pórtico de ingreso
intentando ser historicista en el imperdible hotel “Yuri Gagarin”.
https://www.youtube.com/watch?v=gMBrnlG_Lcw
https://www.youtube.com/watch?v=gMBrnlG_Lcw